TOMANDO EL PODER DE LO
MASCULINO-FEMENINO
DESPERTAR A LA UNIDAD, A LA RE-UNIÓN
QUE NOS GUÍA HACIA RELACIONES PLENAS
Siento
o no siento, me enamoro o no, me gusta o no me gusta. No se compromete
y corta.
Nadie me respeta. Mis relaciones son buenas pero no perduran. No encuentro
a la persona adecuada.
Estas
parecen ser algunas ideas (sólo algunas) que circulan en las
conversaciones acerca de la insatisfacción generalizada en
cada vez más personas que desean estar en una relación
amorosa
y no lo están, y en tantas otras que sí están
en pareja pero no se sienten A PLENO.
¿Nos
preguntamos de dónde viene esa insatisfacción? ¿Será
posible que siempre sea porque el otro no existe, no se presentó
todavía el ideal o el mundo está cada vez peor, alejado
del amor, o sí hubiera sido con aquella persona pero justo
estaba ocupada?
Lo
más rápido es creer que existe un ser fuera de mí
que puede garantizar mi satisfacción.
Idea generalizada, en especial, desde que el consumo rige nuestros
pensamientos y modos de encaminarnos a la “felicidad”.
Sí, entre comillas, ya que la felicidad que viene de afuera
es efímera y desaparece cuando el producto desaparece, no deja
nada adentro, que perdure.
Los
bebés no pueden alcanzar a su dador de satisfacción
por sus propios medios, entonces llega mamá con la teta y se
la dá, cuando percibe que su hijo la necesita o cuando éste
la reclama a gritos, dado que el hambre, la falta, se vive con intenso
dolor, físico. Así, años después, cuando
realmente la persona se puede encaminar a la búsqueda, algo
la seduce con una vocecita que le dice “Dale, esperá,
ya te van a traer lo que querés, lo que va a calmar tu dolor,
lo tan agradable, lo que te va a satisfacer... viene de tu afuera”.
Pero sólo parece llegar por momentos, siempre cortitos, hasta
que nuevamente el dolor se instala, ahora sentido como “estar
partidos, estar a medias, incompletos, insatisfechos”.
¿Cómo
resolver este dilema que aqueja a tantos habitantes del HOY?
¿Hay
algo que cada uno pueda hacer sin quedar en espera de los príncipes
correspondientes? ¡Sííííííí!
Primero,
consideremos que cada uno, y todo lo que existe, es un campo vibratorio
entretejido, con tantos otros, en relación permanente, en mutua
conexión. Se trata de un magnetismo que está favorecido
o rechazado según sean las cualidades de las partes. El campo
que cada uno es tiene una resonancia magnética con ciertos
otros y no con otros, lo que llamamos empatía, llevarse bien,
atraerse, sin saber razones. Casi siempre es inconciente, para saber
cómo es y está, debemos mirar qué hacemos y qué
nos ocurre, no qué deseamos. Las claves del autoconocimiento
están en el hacer, más que en lo que pensamos, imaginamos
o deseamos.
Entonces,
si estamos en una situación de falta de relación, o
nos sentimos insatisfechos, que no estamos a pleno, que lo que nos
sucede en los vínculos amorosos está tan lejos de lo
que creemos que sería oportuno, ó sabemos que damos
para más y queremos evolucionar, es el momento, AHORA de poner
manos a la obra.
¿Cómo?
¿A través de una agencia de búsqueda de satisfactores?
¡Nooooooooooooooooooooooooo!
¿Cómo
dejar de ser bebés que anhelan la llegada de quien los va a
satisfacer, si ya tenemos cuerpos de adultos, y, sería bueno
que también tuviéramos deseos de adultos?
Ser
adultos es equivalente a haberse desarrollado con todo el ser junto
con el cuerpo, por supuesto, incluido, el desarrollo del sistema nervioso.
Retomando
la idea de campos vibratorios, si estamos en un estado magnético
infantil, vamos a atraer falsas relaciones, o sea, supuestas, en realidad
estaremos invitando ideas de satisfacción, alguien que nos
complete, que nos haga sentir bien. Nunca llegará, ya que la
completud, la plenitud, está en estado latente dentro de cada
persona. Si, en cambio, resolvemos el problema en casa, en el propio
campo, éste vibrará en otro nivel, y la resonancia va
a atraer otro tipo de relaciones. Relaciones.
Si solamente
nos llenamos de nuevas ideas interesantes, no lograremos nada, más
bien vamos a colocar nuevas metas difíciles de alcanzar, como
por ejemplo, nuevas técnicas para aumentar la satisfacción,
ó estar sentados imaginando cómo queremos diseñar
nuestra vida afectiva, en qué caballo llegará el príncipe
o cómo nos mirará la princesa cuando nos reconozca.
El verdadero
“cambio” está en el hacer, y en realidad no
es un cambio sino que se trata de disolver las cortezas que envuelven
el SER. Éste es femenino-masculino y masculino-femenino,
depende se haya nacido mujer u hombre.
Participar
de un programa de talleres, o sea un programa de ACCION, permite despertar
y encauzar hacia la plenitud, el poder creativo, y la capacidad de
vibrar en sintonía con la falta de necesidades. Quien se siente
y se sabe completo, se orienta por sí solo hacia el encuentro
con otro ser humano. Y no sólo eso, sino que vive su vida.
Las
cualidades femeninas de proteger, contener y fluir, sin interferir
en lo iniciado, pueden estar deformadas por un dejar hacer a otros,
proteger personas adultas y contener falsos procesos que nunca van
a parirse. En cambio, en combinación armónica con la
masculinidad no va a precisar que otro le conduzca la vida. Las cualidades
masculinas de encendido, inicio, activación y penetración,
cuando están distorsionadas, devienen a veces en agresión
y crueldad . Si, en cambio están en conjugación armónica
con la femineidad, se inician acciones que serán fructíferas.
En el
primer paso del programa de Talleres,
TOMANDO EL PODER DE LO MASCULINO–FEMENINO:
*
se
pone en marcha el hacer
*
estableciendo un reconocimiento de cómo funcionan cada género
en la interioridad
* se
activa el despertar de una observación vívida en la
cotidianeidad
*
el campo vibratorio empieza a generar otra resonancia, volviéndose
atractivo para la relación,
ya que
*
comienza la relación de FEMENINO Y MASCULINO, en sí
mismos
*
dando lugar a una notable sensación de integridad
* lo
cual aporta la percepción del verdadero PODER que está
implicado en cada uno
* con
un gran incremento de la energía vital, que se va a irradiar.
*
Desarmamos los movimientos habituales, soltando mecanismos de costumbre,
desde el cuerpo.
*
Salimos del “estado bebé”, inspirando
un movimiento hacia vínculos plenos.
Lic.
Jazmín Gulí . Para Mantra News
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